Hacemos un paréntesis en el recorrido por nuestra ciudad y voy a dedicar este bon dia de hoy a Rafael Ferrer Melia, Alcalde de Benidorm entre el 4 de abril de 1978 y el 16 de abril de 1979, en uno de los momentos mas difíciles de nuestra historia cuando la crisis del agua en 1978.
Ya en febrero de 1978 empezaba la voz de alerta al comprobarse que los embalses de Guadalest y Amadorio estaban disminuyendo notablemente sus reservas de agua al llevarse un periodo largo de escasez de lluvias.
Comienzan las reuniones del Alcalde con el gobierno central para darle una solución a los escasos recursos hídricos, había que tener en cuenta que Benidorm aportaba grandes ingresos al estado y percibía bien poco.
Por otra parte se inician negociaciones con una empresa noruega para el suministro mediante buques-cisternas pero el presupuesto de esta era de 3.800.000,.pts cuando el presupuesto municipal era de 3.250.000.-pts.
En junio comienzan las restricciones entre las 13.30 horas y las 7 de las mañana del día siguiente. A primeros julio la población se divide en dos zonas para el suministro, suavizándose las restricciones mediante la formula de un día suministro total y el siguiente medio día. En aquellos momentos se estaban perforando pozos en Beniardá por el acuerdo entre los dos municipios que siempre serán agradecidos.
A finales de julio, los Alcaldes de la Comarca con Rafael Ferrer al frente manda un escrito al Gobernador Civil con una serie de puntos para optimizar los recursos hidricos, prácticamente todos ellos se han realizado en el transcurso de los años (mancomunidad de recursos, bombeo del Algar, utilización de aguas recicladas para el riego, enlace del Torres al Amadorio), eso ha hecho que ahora sea un modelo en rentabilizar los recursos hídricos.
Hacia el 20 de agosto, la ciudad se queda sin agua y se contratan dos buques-cisternas que traen agua desde el puerto de Alicante, bombeándose desde los buques por medio de una conducción realizada en tiempo récord hasta los depósitos municipales. Así mismo el Ejercito dispuso de camiones-cisternas para el reparto de tan preciado liquido por la ciudad.
En ese momento el Gobierno Central decide cerrar Benidorm a los turistas y desviarlos a otros destinos turísticos a lo que el Alcalde se niega y consigue que no se lleve a efecto.
Al final el agua de los pozos de Beniardá aflora y hace que se alivie la situación, siendo el inicio de una serie de infraestructuras que hacen que en estos momentos no tengamos problemas de abastecimiento. Por otra parte el Estado abona al Ayuntamiento, 3.470.000.-pts por todos los gastos habidos durante la crisis del agua.
Como se ve fue un periodo muy intenso para el poco tiempo que fue Alcalde y como decía al principio en uno de los momentos mas difíciles de nuestra historia, por todo ello creo que se merece un reconocimiento público ya que es uno de los grandes olvidados de nuestra ciudad y entre ese reconocimiento, dedicarle una calle a nuestro Alcalde del Agua.
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